La guerra con Estados Unidos


El gobierno norteamericano no sólo se anexó el territorio de Texas, además ocupó militarmente una amplia franja de territorio que pertenecía a los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, ubicada entre los ríos Bravo y Nueces.

Ante esta evidente agresión a la soberanía de México, el gobierno ordenó a su ejército que recuperará ese territorio. Los primeros enfrentamientos se realizaron en Mayo de 1846. El día 13, Estados Unidos declaró la guerra a México. Días después, los norteamericanos tomaron Matamoros, Santa Fe de Nuevo México, California y Los Ángeles. Asimismo, los territorios de Nueva California, Nuevo México y Chihuahua. En el noroeste del país, el general Zachary Taylor derrotaba a los generales mexicanos Mariano Arista, Pedro Ampudia y Santa Anna.
En la capital de México, las divisiones internas y la falta de recursos económicos para resistir la invasión empeoraban las cosas. Valentín Gómez Farías confiscó los bienes del clero, pero esta medida sólo provocó las protestas de la Iglesia y una revuelta militar. Santa Anna anuló dichas medidas a cambio de que la Iglesia otorgará un préstamo, que poco sirvió para resolver la falta de recursos.
En Marzo de 1847, el ejército norteamericano desembarcó en Veracruz y en abril consiguió sus primeras victorias. Más adelante ocupó Perote, Xalapa y Puebla. En Agosto llegó al valle de México y venció en las batallas de Padierna, Churubusco, Molino del Rey u Chapultepec (13 de Septiembre).
Después de estas últimas batallas, la capital cayó en manos de los invasores. Los habitantes de la ciudad intentaron defenderse, sin conseguirlo. La mañana del 16 de Septiembre de 1847 la bandera norteamericana ondeaba en Palacio Nacional. El presidente Santa Anna renunció al gobierno y trató de organizar la resistencia. Los poderes de la República se trasladaron a Querétaro y pronto recibieron una nota de los norteamericanos en la que expresaban su deseo de negociar el fin de la guerra.
El Tratado de Guadalupe Hidalgo.
El 2 de Febrero de 1848 se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo, con el que México tuvo que ceder a Estados Unidos los territorios de Texas, Nuevo México y Nueva California; es decir, más de la mitad del territorio mexicano. Estados Unidos debía pagar una indemnización de 15 millones de pesos, de los que sólo pagó la mitad. Los norteamericanos argumentaron que el resto era a cuenta de las reclamaciones de sus ciudadanos en la frontera.
Estados Unidos tampoco cumplió con el compromiso de respetar las propiedades y a los ciudadanos mexicanos que quedaban del lado norteamericano, ya que fueron despojados de sus propiedades y considerados “ciudadanos de segunda”.  


Fuente: Supertareas 4, Fernández Editores.

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