6 trucos para ayudar a bajar de peso

Si bien es cierto que la alimentación, a la hora de bajar de peso, desempeña un papel principal, existen otros hábitos que pueden influir en los resultados. Bajar de peso es un proceso que depende de muchos factores.

En el interés por alcanzar un cambio marcado en poco tiempo, muchas personas se someten a dietas estrictas y peligrosas que, si bien permiten eliminar muchos kilos, casi siempre acarrean una cadena de consecuencias negativas para la salud.
Debido a esto, es primordial comprender que la alimentación se debe optimizar de manera permanente.
Es importante no erradicar grupos nutricionales. También, en determinados casos, puede ser beneficioso insertar algunos complementos que permiten estimular la actividad del metabolismo. A día de hoy, existen métodos que pueden coadyuvar a descender de peso con mayor facilidad.
Sin embargo no son milagrosos para quemar la grasa, su incorporación en el modo de vida diario puede ser muy fructuoso para aquellos que luchan contra el sobrepeso. Independientemente, es muy importante preguntar siempre con un especialista la situación previamente de arrancar una dieta o tratamiento.

 

1. Efectuar desayunos saludables
El desayuno es una de las comidas principales del día. Si bien durante mucho tiempo se le restó valor, hoy está más que claro cuán provechoso resulta en todos los planes de nutrición para adelgazar.
Esta primera comida del día le proporciona al cuerpo la energía y los nutrientes que requiere para permanecer activo a lo largo de la jornada.
También, su consumo habitual estimula la absorción y disminuye los casos de angustia por la comida.
Gracias a sus aportes de energía ayuda a promover las funciones del metabolismo y, por ende, facilita la quema de grasa.
2. Tomar agua entre comidas para descender de peso
Uno de los mejores métodos para bajar de peso de forma segura y saludable consiste en aumentar el consumo diario de agua. En primer lugar, el agua, aparte de de participar en funciones vitales para la salud, estimula la purificación de la sangre y permite descartar esas toxinas que afectan la actividad metabólica. Además, es una bebida que presenta nulo calorías. A diferencia de las bebidas azucaradas, prolonga la sensación de saciedad y aumenta la vitalidad.
3. Realizar ejercicio físico
En la mayoría de los casos, el ejercicio corporal resulta el principal complemento para cualquier dieta de adelgazamiento. Su práctica eleva el consumo energético del cuerpo, lo cual permite quemar esas calorías que no se necesitan. Hacer cualquier tipo de actividad física pone en marcha el metabolismo. Asimismo, los beneficios son mayores cuando se adopta un procedimiento de entrenamiento con ejercicios cardiovasculares y de fuerza. Lo conveniente es ponerlo en práctica, como mínimo, tres veces a la semana.

4. Comer más frutas y vegetales frescos
Las ventajas de consumir frutas y vegetales frescos son múltiples. No solo son opciones de alimentación muy bajas en calorías, también representan una significativa fuente de nutrientes esenciales que apoyan los procesos para adelgazar.

De este modo, su consumo diario estimula la digestión y disminuye la tendencia a acumular grasa. Gracias a sus aportes de fibra y agua, son alimentos muy saciantes que reducen esa necesidad de comer entre horas.

Además, sus antioxidantes ayudan a reducir la acumulación de colesterol y mejoran la circulación y la salud cardíaca.

5. Dividir las porciones de comida
Para bajar de peso no es necesario pasar hambre. Aunque de forma genérica, se cree que comer menos significa ahorrar calorías, en realidad no es aconsejable pasar mucho tiempo sin alimentarse. Esta práctica puede dañar la salud.

De hecho, para mantener activo el metabolismo se recomienda dividir las porciones de comida, de tal modo que haya cinco o seis platos al día. Comer este número de porciones pequeñas puede resultar más beneficioso que ingerir tres comidas abundantes.

6. Dormir bien
Tener una buena calidad de sueño también influye en el peso corporal. Aunque muchos consideran que no tiene nada que ver, los trastornos de sueño pueden influir de manera negativa en el control del sobrepeso.

Dormir menos de lo adecuado, 8 horas diaria, ralentiza el metabolismo y disminuye el nivel de energía física y mental. De este modo, el insomnio y las interrupciones de sueño aumentan la sensación de apetito, conduciendo a comer en exceso.

Por último, es importante ser paciente y disciplinado. De este modo, se podrán obtener resultados satisfactorios y permanentes.

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