Un padre de Córdoba

En la ciudad española de Córdoba un padre que se llama Miguel se ha puesto en marcha y ha decidido defender la salud y la integridad física de su hijo de 6 años obligado a llevar mascarilla en clase, para ello se ha plantado a la puerta del colegio y lo está denunciando a pecho descubierto. “Un niño necesita el doble de oxígeno que un adulto. Ahora la escuela es una escuela de esclavos. Tenemos que parar esto ahora antes de que sea demasiado tarde”.
Se sabe ya que un deficiente aporte de oxígeno impide razonar, quizás por eso ahora mismo ya casi nadie razona. Hace unos días un amigo me contó que a su hijo menor que ha comenzado este año el instituto -estamos hablando de un muchacho de 12 años-, le han puesto ya dos faltas por bajarse la mascarilla, y eso que no llevamos ni un mes desde que comenzaron las clases, a las cinco faltas lo expulsan del centro, las dos veces que se bajó la mascarilla fue porque “ya no podía más” y “porque necesitaba respirar”. Ahora mismo la justicia es la injusticia, los que tendrían que dictar justicia están haciendo todo lo contrario, por eso este padre valiente de Córdoba corre el riesgo de que le quiten la patria potestad por llevar a cabo esta protesta, pero su conciencia ‘le obliga’ a hacer lo que hace, llevando a cabo esta denuncia se arriesga a dejar de ver a su hijo, lo arriesga todo porque cuando ves algo claro sabes que esa claridad te va a llevar hasta el final. Ahora mismo o te arriesgas o mueres, quizás no mueras físicamente, sin embargo morirás de tristeza por no haber sido valiente cuando te tocaba serlo.
Hay cuatro caminos para afrontar el tema de las mascarillas de los niños en clase: el primero es tragar con todo, eso es lo que están haciendo ahora mismo los muchísimos acobardados; el segundo es hacer a mano mascarillas de tela muy finas, hablo de mascarillas de algodón que sirven para burlar a la dictadura covidiana, que el niño vaya con la mascarilla a clase pero que pueda respirar correctamente y no envenenarse. El tercero es denunciarlo como hace este resuelto padre cordobés. Y el cuarto es echar mano de una escopeta y liarse a tiros. Los tres primeros los estamos viendo ya, el cuarto lo podríamos ver si las cosas siguen en esta escalada imparable hacia la sinrazón.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en su reciente visita a Nueva York no ha visto necesario usar la mascarilla en interiores, sin embargo sí que se la impone a los niños de la Comunidad de Madrid a los que tiene como esclavos en las aulas de los colegios; es evidente que estos regresivos no tienen corazón, por este tipo de acciones todos los caciques regionales españoles serán llevados ante la justicia, da igual que sean de izquierdas o de derechas, es preciso despertar y ver que todos siguen la voz del mismo amo.
Por fin alguien de la izquierda denuncia públicamente el genocidio y los crímenes de lesa humanidad que se están cometiendo, se trata de Ángeles Maestro, médico y ex portavoz de Sanidad de Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados de España. «Las grandes compañías farmacéuticas controlan la sanidad pública de los países, y no solamente la sanidad. Yo lo he dicho, también lo he escrito, y nadie me ha demandado por difamación».
¿A quién se le ocurrió toda esta locura de la plandemia? ¿Quiénes son los que nos han robado la libertad? Estos son los que nos la han robado. Estamos hablando de los arquitectos de este plan perverso. Lo han estado preparando todo durante años. La agenda de despoblación la han disfrazado con una ‘epidemia’, aunque sabemos ya que lo que están haciendo es matar a la gente. Todo este plan criminal se ha llevado a cabo a base de sobornos. El covid no es más que un ataque terrorista de tipo biológico llevado a cabo por las élites mundiales.
Un estudio publicado en The Southern Medical Journal señala que las mascarillas no redujeron las muertes, ni las hospitalizaciones ni los contagios. Cada vez es más evidente que la obligación de llevar mascarilla se sitúa fuera del ámbito de la ciencia.
Quiero volver a recordar que la mascarilla no es obligatoria en los colegios, esta profesora llamada Saran Kaur del colegio Platero de Marbella, en Málaga (España), lo dice bien claro. En este vídeo explica cómo la han tenido que readmitir después de haber sido expedientada. Lo de las mascarillas es otra ilegalidad más de las muchas que están llevando a cabo.
Si te dicen que un niño con 6 años propaga el virus y que uno de menos de 6 no lo propaga, eso no tiene nada que ver con los virus, tiene que ver con el control y con el sometimiento. Un niño que tenga 5 años y 364 días es ‘constitutivamente’ el mismo que el que tiene 6 años recién cumplidos ya que entre los dos tan sólo hay un día de diferencia. No te dejes engañar, un niño no se puede convertir en propagador de nada justo al cumplir los 6 años.
El gobierno alemán dice que vacunar a los niños contra el Covid es más peligroso que el propio Covid, lo dice el Instituto alemán de Vacunas y Medicamentos Biomédicos.
Me escribe una persona que me envía el siguiente mensaje: «Qué estampas nos está dejando esta época que estamos viviendo, como la del señor con el bozal puesto que pasea al perro de madrugada, el dueño con el bozal y el perro sin él, verlo para creerlo; o la pareja de ancianos sentados en el banquito del parque con el bozal puesto y sin nadie a cien metros a la redonda. Pobre sociedad la nuestra que creyó lo que decía la televisión».
 
Hay otros lugares en el mundo donde las cosas ya van por el buen camino, como por ejemplo en una escuela de Estocolmo en Suecia donde han enviado a un alumno a casa justamente por usar mascarilla.
El jefe de PFIZER Albert Bourla acaba de decir que “la vida volverá a la normalidad el año que viene con la vacunación anual”, está claro que las mentiras de estos sinvergüenzas no conocen límites, son demonios y su casa es el infierno. Vedle en este vídeo porque los movimientos que hace con el cuello van más allá de lo que es un simple tic nervioso, quizás estemos hablando de ‘claras evidencias reptilianas’. 
 
Ya no necesitas invadir un país con tanques si previamente has sido capaz de enfermar y de matar a una buena parte de la población con inyectables, además de que ya has comprado con dinero todas las instituciones de ese país y también sus medios de comunicación, has convertido las escuelas en cárceles y has sido capaz de recluir a sus habitantes en casa a través del miedo, y lo que es peor, has domesticado las mentes de los individuos que ya no protestan ni se sublevan. Son las nuevas guerras, tan nuevas son que muchos ni se dan cuenta de que les han invadido y de que están matando a gran parte de la población a plena luz del día.
No quiero pensar lo que estos perturbados estarán haciendo con esos 500 niños menores de 12 años con los que están probando la vacuna. En un reciente estudio de investigación revisado por pares de la Universidad de Los Ángeles en EEUU, se afirma que «una vacuna insuficientemente probada podría significar un ataque auto-inmune en el futuro».
 
En el año 1962 investigadores del Laurel Children’s Center en Maryland, USA, probaron medicamentos experimentales para el acné en niños, a pesar de que la mitad de ellos desarrollaron daño hepático severo, continuaron con las pruebas como si no hubiera pasado nada. Como para confiar en la ciencia.
Un país entero se acaba de declarar en rebeldía, estamos hablando de Italia; desde el pasado lunes 27 de septiembre el pueblo italiano ha salido a las calles, en la foto vemos una autopista colapsada, eso es tan sólo el preámbulo de lo que está por venir.  La rebeldía no es un defecto como muchos piensan, la rebeldía es una virtud. Los pueblos que no se rebelan se convierten en esclavos. Cuando la mayoría ha aceptado ya que morirá, el rebelde es el que decide saltar del barco y nada hasta alcanzar la orilla para emprender una nueva vida.
Que muy pronto volvamos a ver de nuevo esta escena donde un grupo de niños se lanzan por un tobogán mientras cae la lluvia, es la felicidad de pisar los charcos y de embadurnarse con el barro porque el barro es la mezcla de la lluvia que cae del cielo y que se mezcla con la tierra que está en el suelo.

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