Nunca fue una pandemia

 

Después de dos años y tanto de dictadura sanitaria, el país vuelve casi a la normalidad, ya que tanto la OMS como el ministerio de Salud desean mantener en estado de alerta a la población. En vez del covid-19 es la viruela del mono. Por eso, el Minsal extendió la emergencia de salud hasta el próximo 31 de marzo del 2023. Lo que hay es un efecto adverso de la mal llamada vacuna Astrazeneca, pues es Herpes zóster. ¿A quién se le ocurrió meter adenovirus del Mono Verde de África en las vacunas? Nadie se contagió con un chimpancé.

   

 Estos dos años que vivió el mundo fue la más grande operación psicológica de todos los tiempos sólo comparable a la falsa bandera del 11 septiembre norteamericano. El gobierno de Bush hijo junto con el Mossad derribaron las Torres Gemelas. Los bomberos de Nueva York concluyeron que hubo una demolición controlada.

 Los supuestos muertos que cayeron en la calle en Wuhan fue parte de la operación psicológica. En el resto del mundo, los fallecidos murieron en los hospitales. Fue un teatro, una puesta escena. No fue pandemia, fue psicosis colectiva.   Nadie murió en la calle o en los hogares, salvo los muertos en Wuhan. Todos fallecieron en el resto del mundo en los hospitales. Las personas de Tercera Edad que estaban en los hogares de ancianos fueron asesinados. Un twittero inglés escribe: “El CABAl usó midazolam y morfina para asesinar a personas mayores en hospicios y centro de atención para mayores. Estos medicamentos combinados causaron que nuestros ancianos se asfixiaran y murieran. En Inglaterra murieron más de 26.000 ancianos a causa de este cóctel. Por un virus que no ha sido aislado”. En España, también fallecieron 29.782 personas en las residencias. El señor Pablo Iglesias estaba a cargo de esa área. En ambos hubo genocidio. Según expresó el ex ministro de salud, Enrique París por orden de la OMS los enfermos de neumonía los pasaba por covid. Por tanto, los supuestos fallecidos por covid en el 2020 son mucho menos que según las cifras oficiales.

 

Las caras más visibles de esta falsa pandemia o plandemia fueron el multimillonario norteamericano Bill Gates y Klaus Schwab del Foro Económico Mundial, quienes dijeron en el 2020 que el 80% de la población tendrían que pincharse. El primero admitió en la Conferencia de Seguridad de Münich del 2022 que se trató de una prueba. Y ahora el WEF dice los mismo en su página con el título “Mi carbono”: “El COVID-19 fue la prueba de responsabilidad social: miles de millones de ciudadanos de todo el mundo adoptaron una gran cantidad de restricciones inimaginables para la salud pública. Hubo numerosos ejemplos de nivel mundial de mantenimiento social, uso de máscaras, vacunación masiva y aceptación de aplicaciones de rastreo de contactos para la salud pública, lo que demostró el núcleo de la responsabilidad social individual”.

 

Los tecnócratas del WEF quisieron ver cuán sumisa es la población mundial. Hay más fallecidos  en el 2022 productos de las vacunas que en  el 2020. Además, es lo más normal que niños, adolescentes y jóvenes miocarditis tengan pericarditis, trombosis. Más otros efectos adversos. Y el Foro Económico Mundial no dice nada al respecto.

  Ningún gobierno aisló el virus. En efecto, los CDC en un informe sostuvieron que “no hay cuantificación (secuenciación) del virus aislado del 2019-nCov (Sars-Cov-2)”. Página 47.

 Cambiaron las reglas del juego. Varios conceptos relacionados con la medicina fueron cambiados tal como lo expuso un eurodiputado croata, Mislaw  Kolakusic: “Para crear una pandemia exitosa, porque la Organización Mundial de la Salud tuvo algunos intentos fallecidos, ellos se dieron cuenta de lo que necesitaba cambiar.  Primero que nada, fue necesario cambiar la definición de pandemia misma. Después de eso fue necesario cambiar la manera en la cual la enfermedad era determinada. Luego fue necesario cambiar la manera en la cual la muerte por una enfermedad contagiosa era determinada. Después de eso, y quizás una parte clave, fue pronunciar como síntomas de una tan peligrosa enfermedad, los síntomas del toser, fiebre de 37 grados, mareos, dolor de cabeza. Algo que dos mil millones de personas experimentan cada año”

 El médico inglés Vernon Coleman, quien estuvo en contra las medidas sanitarias en el 2020 y la vacunación masiva, expresó en mayo del 2022: “Fingieron una pandemia, fingieron una prueba y fingieron una cura”.

El médico español María José Martínez Albarracín  dijo en el 2020: “En ningún momento de la historia se había visto una epidemia de personas sanas”. Ella se refería a los asintomáticos.

  Fue plandemia porque hubo un plan. El  Banco Mundial había adquirido kit de PCRs para todos los gobiernos en 2017 y 2018. Todos los gobiernos actuaron al unísono. Los mismo que planificaron tenían comprados todos los medios de comunicación. Por esa razón, no dejaron escuchar otras voces, las cuales fueron silenciadas o censuradas. El principal financista de las farmacéuticas, el grupo de inversiones más grande del mundo, Blackrock es el mismo que está detrás de todos los medios de comunicación de masas: BBC, el Mundo, CBS, DW,CNN, entre otros medios. Está el ensayo pandémico ‘Evento 201’ realizado el 18 de octubre del 2019.

 El laboratorio Moderna tenía listas las vacunas cuatro meses antes de que se alertara la ‘pandemia’.

 En estos dos años salió a la luz el nivel de corrupción en las instituciones de la salud en los Estados Unidos y que son referentes en el mundo: la FDA, los CDC y el NIH.

 La FDA se demoró poco en aprobar las mal llamadas vacunas   ‘en uso de emergencia’. Con todo, después junto con el laboratorio Pfizer querían un juez federal no revelaran los daños causados por las inoculaciones. Pretendían que 75 años después fuese conocida la verdad. Gracias al juez norteamericano se supo que las vacunas producían 1200 o 1500 efectos adversos. Asimismo, esa institución le pidió la renuncia a una funcionaria que descubrió que Pfizer había falseado los datos de los ensayos clínicos. La FDA experimento la pócima en ocho ratones. Todos los cuales murieron. Y así, le dio luz verde a las vacunas.

 Los CDC sabían en el 2020 que el bicho afectaba a personas que tenían enfermedades preexistentes. El multimillonario Gates presionó a  esa institución para que no dijese la verdad y mantuviera el temor.  No hubiese sido necesario vacunar, con lo cual negocio del creador de Microsoft se hubiera acabado. La directora de los CDC, Rochelle P. Walensky  reconoció en julio de este año que: “El 75% de los supuestos muertos por covid tenían cuatro afecciones o enfermedades preexistente”.

 El NIH que hasta poco manejaba el doctor Anthony Fauci, quien es amigo de Bill Gates. Los correos desclasificados en 2021 del mencionado médico probaron que los confinamientos eran innecesario, las mascarillas no servían y que la Hidroxicloquina era útil para combatir el bicho. Además, se supo que los norteamericanos estuvieron involucrados en el laboratorio de Wuhan, pues Fauci le importaba la ganancia de función que conseguirían de los experimentos realizados allá. El NIH puso en su página la Invermectina como antiviral.

 

El Instituto de Salud Pública o ISP quedó demostrado que también es corrupto. Un diputado denunció este año que esa institución había aprobado vacunas vencidas.  Para mí, la prueba más clara de podredumbre fue cuando el director del ISP justifico la vacuna covid a los estudiantes de básica y media.

 Salvo a pocas personas les interesó saber de qué habían fallecidos los supuestos muertos por covid en el 2020. La OMS prohibió las autopsias en ese año. Sin embargo, en el 2022 los fallecidos por el bicho podían donar los órganos. En el 2020, ni la parentela de un muerto podían ver al difundo, pues entregaban el cadáver con el ataúd cerrado, y en otros casos, se los incineraba.

 La falsa pandemia consistió básicamente en control y vigilancia.

 La Nueva Normalidad, que se tradujo en el distanciamiento social fue solamente ingeniería social.

 No hay que olvidar que sin el test de PCR o las vacunas, no de dejaban entrar al hospital, con lo cual los médicos trasgredieron el juramento Hipocrático.

 Desafortunadamente, muchos se creyeron la propaganda transmitida por los medios en el 2020 y 2021 los siete días de la semana y las veinte y cuatro horas.

 Aquellos que planificaron esta falsa pandemia sabían ya en el 2020 que el coronavirus afectaba, principalmente, a quienes tenían enfermedades preexistentes, obesas y ancianos en pésimas condiciones de salud. Aun así, siguieron con la operación psicológica. Metiendo miedo con los test de PCR.

 

La falsa ciencia llevo a encerrar a los seres humanos sanos con la propaganda “Quédate en casa”. Fue arresto domiciliario. El periodista argentino Pareta dijo en el 2020: “Ningún libro de medicina dice que encerrar a un paciente sano está bien.”

 En el 2020, las mascotas tenían más libertad que los niños. Éstos últimos no podían jugar en los parques, porque según la falsa ciencia las bacterias podían estar en los juegos. Las personas de Tercera Edad solamente podían caminar 100 metros.

 La mal llamada vacunación fue el más grande experimento jamás realizado.

 Las farmacéuticas gracias a la vacunación masiva consiguieron nuevos clientes. Personas sanas en el 2020, luego de los pinchazos enfermas, ya sea por la trombosis por lo dependerán de anticoagulantes y pericarditis con lo cual tendrán que comprar fármacos relacionados con el corazón.

 Todo lo que hicieron en estos dos años y tanto fue criminal. Desde el encierro  hasta el hecho de forzar las personas vacunarse so pena de que no poder trabajar, estudiar y viajar. Fue la más grande violación a los derechos humanos perpetrados por los gobiernos.

Javier Bazán

 

 

 

Nota Original