Qué ganas hay de disfrutar de la vida

Hay muchos que no hacen más que repasar las calamidades que nos acechan, pocos son los que se atreven a hablar de la alegría de vivir, muy pocos. La verdad es que estamos cansados ya de tanto pena. Llevamos casi dos años de travesía por el desierto y hay muchas ganas de disfrutar de la vida, no hablo de viajar a lugares exóticos ni de gastar dinero a lo tonto, no tiene nada que ver con eso.
Esto que voy a contar es tan solo un ejemplo de lo que a veces hay que hacer para desconectar porque ahora mismo el sistema se opone a ello pues la propaganda dura las 24 horas del día; no sabéis la alegría que me daba este pasado verano ver a los jóvenes del pueblo en el que vivo disfrutar cantando y bailando cuando llegaba la noche, porque hay que recordar que un año antes, es decir en el verano del 2020, estos mismos jóvenes me pedían prestadas las llaves de un sitio que tengo aquí cerca y al que llamamos «El Corralito» para juntarse de estranjis y fumar una cachimba mientras escuchaban un poco de música, estos pobres jóvenes que sólo de pensar en hacerlo se sentían delincuentes pues lo tenían todo prohibido ya que literalmente les perseguían como ‘propagadores’ de una terrible enfermedad, cuando sabemos que aquello no era más que una solemne mentira, no eran propagadores de nada, eran víctimas de una descomunal estafa con la que nos han estafado a todos. “Nos vamos a las catacumbas” recuerdo que me dijo un día uno de esos jóvenes mientras echaba el cierre por dentro como si fuera un asesino de ancianos, pues así estaban considerados todos los jóvenes entonces. «Y si llama a la puerta la guardia civil, ¿qué hacemos? Lo que tenéis que hacer es no abrir, si llaman a la puerta me lo decís que salgo a defenderos».
 
He de confesaros que en este último mes he tenido apuntes ya casi acabados que no he publicado porque no quiero preocuparos con informaciones que casi mejor ni lleguéis a saberlas, bastante dolor llevamos encima como para añadir más leña al fuego, hay informaciones que tan sólo añaden preocupación a las preocupaciones que ya tenemos.
Ahora nadie puede detener lo que viene, eso que viene no tiene que ver con si estamos más o menos preocupados por tal o por cual cosa, algo muy potente viene de camino y lo mejor es que nos pille sueltos y libres de toda tensión. Como dice un viejo dicho, si no nos hemos preocupado de nacer, tampoco nos vamos a preocupar de morir, porque nuestro destino es vivir, siempre vivir.
Me podrán quitar lo que tengo, pero no me van a poder quitar lo que soy, algunos de nosotros somos totalmente irrecuperables para el sistema corrupto porque jamás vamos a dar nuestro brazo a torcer, tú que ahora lees esto posiblemente seas así también, y si todavía no lo eres es porque aún no has dado el paso definitivo, darás el último paso cuando te pongas del lado de la verdad asumiendo todas las consecuencias.
 
Diviértete si antes te has puesto a buscar la verdad; cuando hayas buscado la verdad, y sobre todo cuando te hayas puesto de su parte, entonces diviértete sin ningún complejo. «Ama y haz lo que quieras» decía San Agustín, amar en este caso quiere decir situarse del lado de la verdad.
Porque divertirse es luchar, divertirse ahora mismo es vencer, mientras te diviertes espantas el miedo y los fantasmas. 
 
Hay amigos muy cercanos a los que hace casi dos años que no veo, también es verdad que alguno de ellos se está enfrentando a la soledad por primera vez en su vida y la soledad es muy importante, por eso lo mejor en este caso es no verse para que todos crezcamos por dentro.
A quien sí he visto hace poco es a dos amigos muy queridos y a sus tres hijos, el día que fui a visitarlos me obsequiaron con unas albóndigas espléndidas, en la foto se pueden apreciar con detalle, al igual que la belleza de la cocinera. Hacía años que no comía albóndigas y además tan ricas, la verdad es que últimamente la carne no me llama mucho.
En Italia se están reuniendo en las plazas públicas y entonan el OM para expulsar a las entidades dimensionales inferiores que todavía están aquí gobernándonos, es también una fiesta ver que los demonios se van y que por fin nos dejan en paz.
 
Qué gusto da pasear por el campo a veces en soledad y a veces en compañía; hace una semana fui de paseo con dos amigos y recorrimos un bello pinar que hay al lado de su casa, 8 kilómetros en total.
La tristeza huye cuando nos encontramos con el sol y con el viento fresco, y también con la amistad sincera que no pregunta y que sólo acoge y abraza. Y cuando el sol rojo se enfría no hay nada como llegar a casa para encender el fuego y preparar algo caliente y endulzarlo con un poco de miel.
 
Todavía se pude salir al campo y recoger escaramujos, hasta que no comienzan las heladas de noviembre están sanos y no se degradan una vez recogidos.
El escaramujo tiene 30 veces más vitamina C que las naranjas y que los limones. Cuando los hayáis recogido se dejan secar durante diez o quince días en un lugar seco sin que les de el sol, luego se guardan en tarros de cristal. Se pueden tomar en infusión de la siguiente manera: se rallan en una taza y se añade agua hirviendo, dejar reposar cinco minutos, colarlo y tomarlo con un poco de miel disuelta, el escaramujo tiene poco sabor pero es tan potente que si lo tomáis por la noche es posible que no durmáis por el aporte de la vitamina C que como digo es muy alto.
El escaramujo es la planta silvestre más asombrosa y para la que nadie mira, es uno de los mayores regalos del campo pero parece que la mente del hombre está muy ocupada pensando en todos los problemas que tiene que resolver y no tiene tiempo ni ganas de pararse a mirar esos frutos rojos tan increíbles. Párate y mira, aunque sólo sea por una vez.
Los campos se han vestido ya para recibir al invierno. La tierra es hermosa y siempre está cantando su canción, sal a escucharla, cuando el alma respira no hay penas en el corazón, como mucho habrá melancolía, pero no hay penas ni tristeza.
 
La matrix se derrumba. La luz triunfa. Los asesinos de la alegría están siendo apartados. El nuevo mundo está aquí ya y todo se está volviendo Quántico.
Así danzan los pueblos del mundo.

Nota Original