La medicina prohibida: el Dióxido de Cloro, según Mariana Maffía

El testimonio de Mariana Maffía, mamá de Lucas, un joven autista cuya evolución aparejó un mundo nuevo para toda su familia.

Su hijo, al nacer, tuvo una reacción adversa a la inyección contra la hepatitis B. «A los médicos que hablan de esto les retiran la matrícula».

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El cambio: la dieta y el dióxido de cloro

Lucas abandonó un autismo severo a estar hoy con un retraso madurativo y un autismo leve que “lo hace mucho más compatible con la vida y con la convivencia”. Y sin epilepsia, según asegura su mamá. No está curado del todo, pero su calidad de vida es mejor. Mariana me dijo que quería publicar su libro “Mamá ayúdame” cuando su hijo estuviera totalmente curado, pero los mismos papás de hijos autistas le rogaron que lo publicara igual. Es que había muchos de ellos que estaban… por donde ella empezó.

Y lo cierto es que Mariana comenzó la recuperación de Lucas contando gusanos. “De todos los tamaños y de todos los colores. En el gusano número 400 no conté más”. Tras desistir de la medicina alopática, es decir, la “convencional”, Mariana siguió el consejo de una amiga pediatra que la condujo a los métodos del médico alemán Andreas Kalcker, y su bendito dióxido de cloro.

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